Esta historia parte de un socialismo religioso cristiano pero contiene los mismos elementos que hacen inviable e inmoral esta teoría socio-económica no sólo en este siglo sino, como veremos, en cualquier otro ensayo similar (religioso o no).
[Juan Matthys y Jan Bockelson (Jan de Leyden)] se apoderaron de Münster como predicadores anabaptistas. El 23 de febrero de 1534 lograron una mayoría abrumadora en el Ayuntamiento y poco después establecieron una implacable dictadura teocrática. Los luteranos y católicos que todavía no habían huido de Münster fueron asesinados, expulsados o convertidos a la fuerza. Para el 3 de marzo Münster había sido purgado de todo mal y estaba listo para vivir en el amor mutuo, la perfecta igualdad y el desinterés. Matthys aprovechó la necesidad de organizarse para defender la ciudad para abolir la propiedad privada. Un herrero se atrevió a objetar. Matthys lo hizo arrestar y exigió su ejecución ante los habitantes, reunidos para la ocasión en la plaza del mercado. Algunos otros artesanos o burgueses que protestaron la arbitrariedad del procedimiento fueron a su vez arrestados. Matthys en persona dio allí mismo muerte al herrero disidente. De allí en adelante se desató el terror.
Matthys proclamó que los verdaderos cristianos no debían poseer nada, y que todo el dinero y todos los objetos valiosos debían ser entregados al gobierno municipal. Quienes se resistieron fueron ejecutados. Al cabo de dos meses la economía monetaria había cesado de existir en Münster. El siguiente paso fue la institución de la propiedad en común de todos los bienes, inclusive las viviendas y los alimentos. Comedores comunitarios fueron establecidos. Todo pertenecía a todos. No debía haber más "mío" y "tuyo". La siguiente es una cita de un panfleto publicado en Münster en octubre de 1534: "Ha quedado abolido entre nosotros, por el poder del amor y de la comunidad, todo aquello que hasta ahora había servido al provecho egoísta y a la propiedad privada, por ejemplo el comprar y el vender, trabajar por salario, cobrar interés y practicar usura, comer y beber del sudor de los pobres...".
Matthys y Bockelson decretaron igualmente una "revolución cultural". Cuando en los primeros días saquearon la catedral se complacieron en destrozar y quemar los libros y los manuscritos de la biblioteca. En marzo Matthys prohibió todos los libros menos la biblia. Todos los demás libros fueron traídos a la plaza de la catedral y quemados en una inmensa hoguera, en ruptura con el pasado y para proteger a los habitantes de Münster de contaminación con ideas diferentes a las que debían de ahora en adelante tener exclusivamente. Convencido de su invulnerabilidad, Matthys hizo una salida contra los sitiadores y pereció.
El Stalin de ese Lenin fue Jan Bockelson, quien en corto tiempo destruyó el simulacro de poder colegiado que Matthys había mantenido bajo la forma de Concejo Municipal, y se hizo investir Juez Supremo, con autoridad absoluta en todos los asuntos públicos y privados, espirituales y materiales, así como poder de vida y muerte sobre todos los ciudadanos. Los gremios fueron disueltos. Los artesanos se convirtieron en empleados del gobierno, sin sueldo. Bockelson proclamó un nuevo código penal en el cual la muerte era el castigo para todo acto de insubordinación, en primer lugar contra Dios y su representante en Münster, Jan Bockelson, pero también de un niño contra sus padres, o de una mujer contra su marido. Las transgesiones sexuales también daban lugar a la pena capital. Esto último tuvo una variante inesperada cuando Bockelson decidió establecer la poligamia. En pocas semanas Bockelson tomó quince esposas. Las mujeres que se negaron a compartir a su marido o a casarse con hombres ya casados, fueron torturadas y ejecutadas. Los pleitos entre las varias esposas de un hombre también merecían la pena de muerte. En agosto de 1534 Bockelson se hizo proclamar Rey. De allí en adelante abandonó toda pretensión de pobreza y humildad, vivió en el lujo y la abundancia de la corte, el pueblo de Münster estaba para entonces en la mayor miseria, puesto que en nombre de la igualdad y el desinterés todo les había sido confiscado con excepción de la ropa que llevaban puesta.
Con los caballos confiscados Bockelson formó una guardia pretoriana montada, que lo rodeaba en sus salidas a la calle. Para enero de 1535 Münster estaba exhausta internamente y seguía sitiada. Mientras la hambruna asolaba la ciudad, la corte de Bockelson tenía tantos alimentos acumulados que aún al final se encontró que el Rey, sus esposas, sus cortesanos y sus guardias conservaban provisiones para seis meses más. Bockelson hubiera resistido esos seis meses, y todo MÜnster hubiera perecido de inanición mientras la corte seguía comiendo y bebiendo. Pero dos ciudadanos desesperados abrieron la ciudad a los sitiadores en la noche del 24 de julio de 1535.
Rangel, Carlos. "El Tercermundismo". Mote Avila Editores, 1982.
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