viernes, agosto 10, 2007

Haiman El Troudi, tropezando con la misma piedra

Estoy presentando 48 rasgos característicos, puede haber más, de cómo tiene que ser el comportamiento de un ser humano integral y no puede haber un ser humano integral distinto al socialista.
Haiman El Troudi


No importa lo que digan todos los "teóricos" del Socialismo del Siglo XXI, ni cuántas vueltas le den al asunto para marearnos: simplemente nos venden la misma chatarra ideólogica del siglo XX, y ya ni siquiera con un nuevo disfraz, sino abierta y rampantemente desnuda como lo que es, un refrito planificador que producirá los mismos resultados mediocres y llenos de miseria que las "experiencias históricas" han mostrado.

Todo esto a cuento de una entrevista hecha al ingeniero Haiman El Troudi, con motivo del lanzamiento de su libro "Ser Capitalista en un Mal Negocio". Aparte de jugosos detalles (jugosos por lo ingenuamente contradictorios) contenidos en esa entrevista, lo esencial puede obtenerse de pocos párrafos:

"Pregunta: —Por ejemplo, tenemos en la actualidad toda un política de regulación de precios, pero vemos cómo los buhoneros venden por encima del precio fijado.

Haiman El Troudi: —Porque no hay control, no hay planificación. Todavía no tenemos un plan nacional de producción. Todavía no tenemos un plan nacional de industrialización. Todavía no tenemos ordenada la contabilidad nacional, no tenemos precisado qué se produce, quién lo produce, dónde se produce, en qué cantidades se produce, para qué mercado se produce, qué se importa, qué de lo que se produce es necesario, qué no es necesario, etcétera. ¿Cuáles son las necesidades reales de la población? Toda esa contabilidad no la tenemos clarificada y se trata entonces de establecer un sistema de planificación que parta de esa contabilidad y, por supuesto, mal pudiéramos criticar en este momento y de abrir fuego al socialismo del siglo XXI con base sólo en la economía cuando todavía no se ha implementado todo el arsenal de políticas públicas que en ese sentido se tienen que desarrollar.


Señoras y señores, después de décadas y décadas de planificación socialista en el siglo XX, experimentada bajo las más diversas circunstancias, en países con diversos niveles de "desarrollo material histórico" (desde las naciones más industrializadas, hasta naciones agrícolas), con todo tipo de trucos dialécticos para salvar obtáculos impuestos por la realidad, ahora sí, señores, ahora sí funcionará la planificación centralizada y los planes quinquenales, encuestas y supercomputadoras de por medio.

Si usted siente que se lo están vacilando, pues tiene todo el derecho. Si no es así, entonces mejor pregúntese cómo carrizo repetir los mismos errores evitarán repetir los mismos resultados desastrosos.

Por supuesto, el señor El Troudi, previamente a esta descripción del socialismo que si será, nos confesó cómo asumió "una posición crítica frente a las desviaciones, errores y omisiones que se pudieron cometer fundamentalmente en la Europa Oriental"; claro, claro, "desviaciones", "errores", "omisiones", cosas circunstanciales que supuestamente no tienen nada qué ver con la teoría socialista sino con los falibles humanos que las llevaron a cabo. Pero ahora será diferente porque habrá "participación del pueblo", pero no cualquier participación del pueblo, o mejor dicho, no la participación de "cualquier" pueblo: "Sin embargo, la transición [al socialismo] terminará cuando logremos los siguientes estadios de realización colectiva en la sociedad: tengamos un sistema nacional de planificación participativa, exista pleno ejercicio del poder popular, elevemos la conciencia de todos los venezolanos y las venezolanas a tal punto que tengamos un desarrollo cultural, logremos alcanzar el desarrollo integral de los seres humanos, desde el punto de vista material y cultural; es decir, satisfacer las necesidades reales de la población pero también a satisfacer las necesidades culturales de la población para que sea feliz y que la gente participe, que sea creadora. Es decir, seremos un superpueblo, constituidos por "hombres nuevos" (¿les suena?).

¿Y cómo llegaremos a ser tan maravillosos?: "Se trata de crear nuevos patrones de conducta. Eso no se logra de la noche a la mañana. Detrás hay un proceso educativo intenso y prolongado que debe desarrollarse. Parte de la conciencia, la educación ciudadana y la clarificación de cuáles son las necesidades reales, artificiales e inducidas que normalmente diseña toda la industria publicitaria y mediática del capitalismo. Eso no significa que la gente tenga que dejar de consumir cosas que son necesarias. El socialismo busca nivelarnos hacia arriba nunca hacia abajo.

"Crear nuevos patrones de conducta" con "un proceso educativo intenso y prolongado" (quien diga "adoctrinamiento", le cae). Señor El Troudi, si después de ese proceso "intenso y prolongado" no cambio mis "patrones de conducta", ¿entonces, qué? ¿Esos patrones no estaban mal o necesito otro proceso más intenso y más prolongado? ¿Quién "clarificará" cuáles son las necesidades reales, artificiales e inducidas? ¿Usted? ¿Un comité de sabios?

En definitiva, El Troudi, Monedero, Dieterich (¿se acuerda alguien de Heinz Dieterich?) reeditan las mismas teorías desmontadas a principios el siglo XX, la fatal arrogancia de querer planificar toda la economía pretendiendo conocer o llegar a conocer, las necesidades "reales" o "verdaderas" de millones de personas para, en base a eso, pretender ordenar la producción y distribución "planificada" de todos los bienes. Estas teorías fueron planteadas, como decía a principios del siglo pasado. En ese entonces la esperanza de los planificadores socialistas, el economista polado Oscar Lange, terminó aceptando tácitamente la imposibilidad de planificar la economía recabando información sobre la "necesidades reales" y terminó sus días defendiendo la planificación centralizada y totalitaria de José Stalin.

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