jueves, octubre 09, 2008

Fin de mundo

El ministro El Troudi y yo coincidiendo en la eliminación del FMI (aunque por razones distintas).

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domingo, octubre 05, 2008

El regreso del humilde soldado

(Esto es noticia vieja pero la publico para cerrar el ciclo sobre el tema.)

Walter Martínez, expulsado de la televisora estatal VTV en 2005, finalmente regresa a la televisión venezolana con su programa "Dossier".

Realmente regresa por Telesur (y el programa es grabado y retransmitido por VTV), para desde esa plataforma "multiestatal" iluminar a todo el continente.

El hecho no es su regreso, sino el porqué. En palabras del propio Martínez: "El proyecto televisivo que tengo a futuro es cumplir con la orden del presidente de la República, Hugo Chávez Frías, de que Dossier vuelva al aire". Cuando fue expulsado de VTV, Walter Martínez afirmó que poseía pruebas de hechos de corrupción pero dijo también "soy un soldado, y como soldado se me ha ordenado callar". Esta declaración de renuncia a sus principios para no "darle armas al enemigo" lo retrató íntegro. Afirmó que las pruebas se las daría personalmente al presidente Chávez "y entonces él decidirá si doy un paso adelante y continúo en el programa, o si me retiro y me voy, en cuyo caso terminaré mi carrera periodística".

A más de tres años de la entrega de esas pruebas desconozco qué fue de las mismas y si (aparetmente no) procedían las acusaciones. ¿Alguien lo sabe?

Pero para coronar su regreso, Martínez, cuando finalmente puede abrir la boca porque se le ha ordenado regresar, hace (en mayo) una declaración increíble: "Le entregué a Hugo [Chávez] un amplio informe contra Mario Silva y los desaguisados en VTV". Es decir, que en dos ocasiones le ha entregado pruebas o informes de actos de corrupción directamente al presidente de la República y, en ambos casos, el tiempo ha pasado sin que se produjeran consecuencias: en un caso han pasado años y en otro, meses sin que el acusado, en este caso, candidato a una gobernación, se haya visto afectado.

De tal forma que, o Martínez ha hecho denuncias infundadas o el receptor de las mismas se ha hecho el loco "para no darle armas al enemigo". Pero en definitiva lo que queda de este "caso Walter Martínez" es el más humillante caso de rastrerismo de un "soldado" frustrado que quiere jugar a la revolución, así sea hundiéndose en la total humillación.

Mucho gusto, señor Martínez.

Ver también: El estalismo en pleno desarrollo

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