En un nuevo capítulo del guión oficialista para el 2006, "Quien no está con Chávez, está con Bush (o el imperio)", el diputado Nicolás Maduro mete a martillazos la mano peluda de la CIA en el paro de transportistas del miércoles.
Pero no hay que perderse la descripción que hace de la perversidad del imperio. Paren oreja. Como es público y notorio que en Venezuela el hampa no comete atracos ni homicidios, por lógica invencible, quien asesinó al chofer, por cuya muerte se convocó el paro, tuvo que ser la CIA.
Percibo incredulidad en la audiencia. Cita textual: «El presidente de la AN puso en duda que la delincuencia sea la responsable de los asesinatos a conductores, al acusar a las agencias internacionales de contratar sicarios "para crear conflictos, para matar algún transportista para crear un gran conflicto"». [1]
Desgraciadamente este no es un mal chiste. Es una estrategia. Por ahora se le da el beneficio de la duda a los conductores, simples víctimas de una trampa de la CIA. Mañana serán acusados directamente de complicidad con el imperio. Esto no es exageración paranóica, es simplemente la observación del desarrollo en Venezuela de un estrategia que le ha permitido al régimne cubano encarcelar a centeneres de personas por cargos aún más risibles que el que aquí mencionamos.
Homo chavistus
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Con la guerra en Ucrania por encima del descalabro absoluto del país me
pregunté cómo era posible todavía ser chavista. Sí, es una pregunta que uno
se ha...
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