viernes, febrero 29, 2008

El inefable mundo de los jesuitas

En el blog del Centro Gumilla, editor de la Revista Sic, aparece un escrito del padre Pedro Trigo altamente llamativo.

Se trata, en principio, de un análisis sobre el Caracazo, enfocado en un aspecto particular: el desabastecimiento. No voy a comentar sobre las causas que ve el autor citado en aquella época y la actual, es mejor que consulten el texto original.

Lo que realmente me llamó la atención son las afirmaciones que hace el padre sobre el libre mercado, para lo cual, quizá, sea necesario un poco de contexto.

La Revista Sic es percibida como la punta de lanza del socialismo eclesiástico venezolano. Por lo cual resulta sorprendente la actitud de algunos sacerdotes jesuitas que no ven con buenos ojos (cuando no están frontalmente en contra) el presente gobierno socialista(1).

Como en toda agrupación, existe subgrupos dentro de esta organización, y algunos jesuitas siguen siendo igual de radicales. Uno de estos, creía (creo) yo, es el padre Trigo. Sin embargo en el artículo citado dice cosas como estas:

Hoy el desabastecimiento no responde fundamentalmente al acaparamiento sino a la descomposición de la cadena productiva por una serie prolongada de medidas del Gobierno, dictadas desde una lógica ideologizada...

Lo que se le pide a un Gobierno [es que marque] pautas para que no se dé el desabastecimiento. Y la primera es la aceptación de la Constitución que reconoce la empresa privada no como un mal menor sino como motor indispensable de la vida económica de la nación.


Con esto Trigo queda, cuando menos, dentro de una socialdemocracia bastante tolerante. Por supuesto, dentro del contexto global de sus escritos, uno podría dudar bastante de esa posición (sobretodo cuando él es un defensor a ultranza de la Teología de la Liberación, incluyendo, a mi parecer, el análisis marxista de las relaciones socio-económicas).

Sin embargo, quiero quedarme, por ahora, con los párrafos citados más arriba. Que se diga desde tal trinchera, en voz alta, algo como lo citado no tiene precio y tiene peso, bastante, como para vislumbrar un entendimiento cada vez mayor entre los jesuitas de la economía, máxime, esperaría uno, cuando fueron los jesuitas quienes descubrieron algunas de las leyes económicas subjetivistas siglos antes que los economistas austríacos las redescubrieran y difundieran, y que constituyen la doctrina económica que torpedea en su línea de flotación al marxismo en particular y al socialismo en general.


(1) En el país prolifera una especie de predicadores socialistas que por sus hechos deben ser etiquetados como "individuos muy extraños".

Sucede que cuando finalmente llega el socialismo que tanto han predicado y que por décadas anuncian, en vez de alegrarse y saltar en una pata parece que se asustan y retroceden. Un ejemplo de lo dicho es el padre jesuita Luís Ugalde.

Toda una vida dedicada a predicar el socialismo en el Centro Gumilla, la revista SIC, y la UCAB- y cuando el objeto de sus prédicas por fin se impone, entonces viene la disconformidad
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sucede que cuando finalmente llega el socialismo que tanto han predicado y que por décadas anuncian, en vez de alegrarse y saltar en una pata parece que se asustan y retroceden. [...]Toda una vida dedicada a predicar el socialismo en el Centro Gumilla, la revista SIC, y la UCAB- y cuando el objeto de sus prédicas por fin se impone, entonces viene la disconformidad.
Porque, como cuando pasa en la vida real, lo que ellos esperaban y lo que verdaderamente obtienen son dos cosas muy, muy distintas. Es "el hijo que me salió bueno" de aquella página de Quino.

Oscar J. Camero dijo...

Es mejor entender que mucha gente hace de ciertas posiciones su estatus de vida, pero sólo hasta el aspecto teórico, porque cuando llega el momento de la verdad, de la praxis, son gacelas que corren ante el guepardo de la realidad. Mucha gente se llama marxista o socialista, o revolucionario, y extrae renta de de ello. De acuerdo con veneotaqueen en este aspecto.
Saludos desde Animal político

Anónimo dijo...

"y cuando el objeto de sus prédicas por fin se impone, entonces viene la disconformidad"
En el contexto político que vivimos y las incoherencias de nuestro presidente ¿cómo vamos a saltar en una pata? trabajo desde hace 15 años de voluntaria en mamera y todo está exactamente igual. No hay cambio . El pobre siempre será pobre mientras la boliburguesía se compra hummers igualito como compraron los adecos y copeyanos de altos cargos casas en miami (y por favor no asuman que es mentira) El padre Trigo hace una labor de verdad, con nosotros. No es sólo desde el punto de vista teórico (lean "la cultura del barrio" donde expone sus vivencias en EL BARRIO) yo no he visto nunca a un político (ni en la cuarta ni en la quinta) en Mamera exceptuando en los tiempos de elecciones.