martes, julio 19, 2005

El gobierno cubano (de nuevo) se esconde en las turbas

No obstante con tener poder absoluto, con poder condenar a sus ciudadados en juicios sumarios, con poder condenar a personas que no han cometido delitos, el gobierno cubano apela también a la represión "indirecta", quizá creyendo que buena es la represión pero no tanta (con todo el mundo viendo).

Las víctimas de las "turbas divinas" cubanas han sido, en este caso, las Damas de Blanco:
Tras asistir a la misa dominical, un grupo de siete "Damas de Blanco", vestidas con ropas de ese color, se dirigió a casa de Isabel Ramos, madre de un disidente preso, en el municipio de Jaimanitas.

Al salir de la vivienda para irse, un centenar de personas comenzó a gritarles y dar vivas a la revolución. Un joven se bajó los pantalones frente a las mujeres y alguien les tiró un huevo.

La protesta "duró como 30 minutos. A una cuadra había cuatro perseguidoras (patrullas policiales) y no nos protegieron", comentó Soler [esposa del prisionero Angel Moya].


Pero no contento con permitir la violación de la ley a algunos ciudadanos revolucionarios (demostrando que la igualdad no es para todos), el canciller cubano se siente obligado a confirmar dicha desigualdad:

Estados Unidos "paga, estimula, organiza y dirige estas provocaciones, que recibe por supuesto cumplida respuesta de nuestro pueblo, que es el dueño de sus calles", dijo [el canciller] Pérez Roque.


Es decir, la "respuesta espontánea" permite al "pueblo" hacer uso de "sus" calles, pero por pueblo entiéndase el pueblo, o sea, no cualquier "pueblo", sino El Pueblo... ustedes me entienden, ¿si? Semejante justificación ya lo hemos oído antes y no sólo del régimen cubano.

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