Las declaraciones autonomistas de Hernán Fuentes, presidente de la región del Puno, en Perú, les puede aguar el argumento "separatista" a la izquierda continental.
Hernán Fuentes, consentido por varios gobiernos regionales, anda proponiendo lo mismo (o quizás más) que otros movimientos que han sido atacados por todo el poder mediático de la izquierda.
Sin embargo podemos seguir leyendo, quizá por inercia y porque se hacen los desentendidos, nuevas condenas y teorías de la conspiración sobre "separatismo" obviando este caso peruano, por ejemplo, la más reciente de Eva Golinger en el Portal del Alba.
La tesis de la "novia de la revolución", es que los movimientos "separatistas" latinoamericanos responden invariablemente a una estrategia de El Imperio©:
Las estrategias aplicadas por Washington [para penetrar y debilitar los gobiernos y movimientos revolucionarios en Bolivia, Ecuador y Venezuela] siempre tienen diferentes ángulos y niveles; en caso de que uno no funciona, ellos esperan que otro logrará el objetivo. El caso de Venezuela ha funcionado así: han fracasado los golpes de estado, sabotajes económicos, guarimbas, intervenciones electorales, amenazas diplomáticas, guerra mediática y otras tácticas que han aplicado durante estos últimos seis años. Solo quedan tres métodos que aún no han completamente comprobado: el magnicidio, la invasión militar y el separatismo.
En este artículo, Golinger describe casos de autonomía en Venezuela, Bolivia y Ecuador, y en los tres siempre encuentra que existen intereses que ligan cualquiera de estos movimientos con los EEUU; no admite ninguna otra razón que esa.
En este contexto discursivo (y único, pues en las toneladas de papel o de gigabytes escritas por otras fuentes no varía mucho la argumentación), aparece Hernán Fuentes a proponer algo similar a los casos tratados por Golinger. Lamentablemente el stablishment intelectual izquierdista continental todavía no se ha pronunciado al respecto; de hecho ni siquiera figura como noticia en los medios afines (hasta donde he podido constatar), mucho menos como análisis. Apelar a la ignorancia no es muy válido pues Fuentes está ahora en el centro de la controversia en Perú (por varias razones, no necesariamente relacionadas con su planteamiento autonomista).
El silencio de la maquinaria propagandística socialista respecto a esta posición de Fuentes, se hace cada vez más bochornoso a medida que pasa el tiempo. Las opciones no son muchas: Apoyar a Fuentes implica apoyar el "separatismo"; no apoyarlo implica dejar en la estacada a un aliado casi incondicional de las aspiraciones expansionistas venezolanas. En el primer caso, implica la aceptación de un "separatismo" incontaminado por los intereses de los EEUU (a menos que ahora se diga que Fuentes es un agente de la CIA), lo cual echa por la borda la tesis de que todo "separatismo" en latinoamérica es causado o financiado por El Imperio©; en el segundo, se crean tensiones en la alianza.
Quizás puedan apoyar ésta última opción, pues la alianza siempre puede reconstruirse sobre otras bases "más transcendentes" (como la difusión del neo-izquierdismo por el subcontinente), y así conservar un discurso coherente contra el "separatismo" y a favor de un gobierno central grande. Pero aún así siempre quedará la idea de que no todos los "separatismos" son financiados por los EEUU ("¿por qué el de Fuentes no pero los de Rumbo Propio, Bolivia y Ecuador, sí?").
La pelota está en el terreno de la intelligentzia ñángara y no pueden enterrar la cabeza en la arena.
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