Desde el mismo momento en que le ponemos "peros" a un derecho dejamos de reconocerlo como tal. Esto viene a cuento por una post de El Liberal Venezolano donde explica cómo muy democráticamente el derecho de propiedad privada desaparece sin aviso y sin protesto.
Por supuesto, la confiscación de un derecho viene acompañado con su debida "justificación": usted tiene derecho a su propiedad privada, "pero" el interés "colectivo" está por encima de su derecho. Y ni siquiera tiene sentido insistir porque a fin de cuentas a la víctima expropiada le será cancelada una compensación; suponiendo que esta sea "justa" y a precios de mercado, se está pasando por encima de la voluntad del propietario que, a lo mejor y aunque lo duden, no le interesa cambiar su terreno por dinero.
Por otro lado, aunque monetariamente la compensación monetaria sea justa por el bien en sí, tal vez no cubra los beneficios colaterales de seguir en posesión del bien. Un ejemplo. Cuando se realizaban las expropiaciones para la construcción de la línea 4 del Metro de Caracas, el propietario de un pequeño inmueble se quejaba en carta pública de haberle tocado la lotería de ser expropiado por esa compañía. Le ofrecían la compensación de 25 millones de bolívares que, aunque fuera el precio real de mercado de ese bien, no compensaba el valor y los beneficios que le reportaba a su dueño: este inmueble había sido convertido por su dueño en una pensión, es decir, era, aparte de su vivienda, su medio de subsistencia. Con el dinero que recibiría apenas le alcanzaría, para la época, para comprar un apartamento en Guarenas y un carro de tercera mano para venir a Caracas a buscar empleo.
Si quieren insistir con que las expropiaciones son la mejor manera para constriur obras como el Metro (que no lo son y menos a ese costo) pues deberían realizarse las expropiaciones al precio que decida el propietario pues él, y no un tasador que trabaja para la misma compañía, sabe cuánto vale para él su propiedad; y si al Metro le parece excesivo el precio, pues que le pregunte al vecino de al lado que quizá valore en menos su propiedad.
Homo chavistus
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Con la guerra en Ucrania por encima del descalabro absoluto del país me
pregunté cómo era posible todavía ser chavista. Sí, es una pregunta que uno
se ha...
1 comentario:
Hola Klaus, tienes un errorcito en el enlace al artículo, "post", que lo colocaste a la dirección para hacer referencias o "trackbacks".
Yendo al tema, tienes toda la razón en que al calificar o condicionar la enumeración de los derechos en la constitución, estos pierden todo significado. Y eso es así porque la interpretación de la norma es hecha por los que detentan el poder, quienes llegan allí en un sistema democrático por el favor de la mayoría. Es natural entonces que la interpretación de la ley tienda a favorecer a la mayoría y desfavorecer a la minoría, la cual va ver sus derechos redefinidos constantemente en su contra, o lo que es lo mismo, reducidos paulatinamente.
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